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25 de septiembre de 2018 - Notas de prensa

Un estudio cuestiona el uso generalizado de estatinas en mayores de 75 años y apuesta por el tratamiento individualizado

Un estudio cuestiona el uso generalizado de estatinas en mayores de 75 años y apuesta por el tratamiento individualizado

Las estatinas (fármacos utilizados para controlar el colesterol) no se asocian con una reducción de las enfermedades cardiovasculares o de la muerte por cualquier causa en personas sanas de más de 75 años, pero sí son efectivas en la reducción de estos riesgos en personas mayores que padecen DM2.

Estas son las conclusiones de un nuevo estudio liderado por investigadores del Grupo de Investigación en Salud Vascular Girona (ISV-Girona) del Instituto Universitario de Investigación en Atención Primaria (IDIAPJGol), del Instituto de Investigación Biomédica de Girona (IDIBGI) y de la Universidad de Girona, que ha evaluado la efectividad de estos fármacos en la prevención cardiovascular en mayores de 75 años sin enfermedad cardiovascular previa, algunos con diabetes tipo 2 y otros, sin.

Para ello, los investigadores han utilizado información de la base de datos clínicos Sistema de información para el desarrollo de la investigación en atención primaria (SIDIAP). Se seleccionaron 46.864 personas de más de 75 años, sin antecedentes de enfermedad cardiovascular entre 2006 y 2015. Los participantes se agruparon como no usuarios y como nuevos usuarios de estatinas (que eran los pacientes que las tomaban por primera vez, o que iniciaban el tratamiento con estatinas y no las habían tomado en los 18 meses anteriores) y, dentro de estos dos grupos, los que tenían DM2 y los que no tenían.

El análisis comparativo de los datos de los diferentes grupos seleccionados muestra que el tratamiento con estatinas no se asocia con una reducción del riesgo cardiovascular ni con la mortalidad en general en personas sanas mayores de 75 años, pero que sí tiene un efecto protector en personas de entre 75 y 85 años con DM2; en concreto, reduce un 24% el riesgo de enfermedad cardiovascular y un 16% la mortalidad. Este efecto, según los investigadores, disminuye a partir de los 85 años y desaparece totalmente a los 90 años. Por otra parte, en el estudio no se observa la aparición de efectos secundarios relevantes.

"La enfermedad cardiovascular es la principal causa de muerte en todo el mundo, especialmente entre la población de 75 años o más, que cada vez es más numerosa. En las últimas décadas, la prescripción generalizada de estatinas como medida de prevención cardiovascular en este segmento de la población ha aumentado", explica Rafel Ramos, investigador principal del estudio y coordinador del Grupo ISV-Girona del IDIAPJGol.

"Hasta ahora, los estudios realizados nos dicen que las estatinas son efectivas en prevención secundaria. Es decir, en personas de estas edades que sufren afecciones del corazón o de los vasos sanguíneos estos fármacos ayudan a prevenir nuevos eventos cardiovasculares (angina, infarto, ictus), pero, aunque cada vez es más común su uso generalizado en las personas mayores de 75 años para la prevención primaria (en personas sin antecedentes cardiovasculares), la evidencia científica de su efectividad es escasa, especialmente en las mayores de 85 años. en este sentido, nuestro estudio aporta nuevo conocimiento basado en datos clínicos de la vida real ", añade Rafel Ramos.

El estudio, en el que también han participado investigadores del Instituto Hospital del Mar de Investigaciones Médicas (IMIM) y del Grupo SACYL de la Unidad de Investigación en Atención Primaria de la Alamedilla (Castilla La Mancha), en el marco de colaboración de la Red de Investigación en Actividades Preventivas y de Promoción de la Salud (redIAPP), no apoya el uso generalizado de este tratamiento en personas mayores o muy mayores sanas, pero sí lo hace en el caso de personas seleccionadas, como por ejemplo aquellas personas que tienen entre 75 y 85 años y DM2.

"Nuestros resultados apoyan la necesidad de individualizar el proceso de toma de decisiones sobre el tratamiento con estatinas en esta población. Hay que mejorar las herramientas de predicción de riesgo para identificar a las personas que podrían beneficiarse del tratamiento, como es el caso de las personas con diabetes tipo 2, tal como se observa en nuestra investigación. Pensamos que la información debe ser compartida con los pacientes de una manera comprensible, para que puedan participar en la decisión de tomar estatinas o no tomar. También consideramos que el umbral de riesgo para la indicación de estatinas debería adaptarse a esta población", concluye Rafael Ramos, investigador principal.

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