Hospital del Mar Barcelona

Dermatitis atópica

Definición

La dermatitis atópica (DA) es una enfermedad de la piel de evolución crónica y recurrente (a brotes) caracterizada por la aparición de lesiones d’eczema (manchas rojas ocasionalmente exsudativas), que ocasionan mucho prurito, en localizaciones especiales (a menudo simétricas y flexurales- en la cara anterior de brazos, en la cara interna de las piernas, etc.). La Dermatitis Atópica se observa a menudo a la infancia y en personas con una historia personal y/o familiar de rinitis alérgica, asma bronquial o fiebre del fenc.

El concepto de atópica define un contexto clínico que afecta a algunos individuos con una piel de características peculiares (piel seca) y una predisposición genética a desarrollar una serie de enfermedades de tipo alérgico (en frente a determinados alimentos o agentes ambientales inhalados, y a menudo relacionadas con respuestas intermediadas por la imunoglobulina E y por alteraciones de la inmunidad celular). El desarrollo de manifestaciones clínicas depende de la interacción de factores genéticos, ambientales y constitucionales.

La prevalencia de la DA varía según las diferentes zonas geográficas, pero en general, es más elevada en países del norte de Europa y cuando más alto es el nivel de desarrollo industrial. Es mayor durante la infancia que respeto a la edad adulta, y en nuestro país se calcula que afecta entre un 5 y un 10 % de la población.

Clínica

La dermatitis atópica suele manifestarse por lesiones d’eczema que suelen ser pápulas o placas eritematosas (rojas) bilaterales y simétricas en distribución variable según la edad de aparición. Las lesiones ocasionan típicamente un prurito muy intensa. Pueden presentar vesiculación (pequeñas burbujas con líquido), descamación o engrosamiento de la piel como consecuencia de un rascado continuado.

La dermatitis atópica puede iniciarse en cualquier edad. Su evolución es variable. Suele evolucionar en forma de brotes recurrentes de evolución crónica y a menudo puede involucionar espontáneamente pasados unos años. Desde un punto de vista práctico, clínicamente la dermatitis atópica se divide en : La DA del lactante (la forma más frecuente), la DA infantil y la DA del adulto.

Manifestaciones típicas:

Dermatitis atópica del lactante:

Suele iniciarse entre los 2 y los 6 meses de vida. Se observan pápulas y/o placas eritematosas, descamativas y pruriginosas (eczematosas) localizadas en las partes de extensión de las extremidades (dorso) y en la cara dónde no suelen afectar las regiones peribucales y perioculares (alrededor de la boca y de los ojos). La enfermedad sigue un curso crónico con aparición de diferentes brotes de intensidad variable y en algunos casos acaba desapareciendo de forma espontánea, aproximadamente a los 2 años de vida. En otros casos, las lesiones evolucionan y pasan a la siguiente fase (la DA de la infancia). 


Dermatitis atópica de la infancia:

Este tipo de DA puede aparecer por primera vez hacia los dos años de vida o ser continuación de la fase del lactante. Las lesiones típicas son pápulas, vejígas y placas eritematodescamativas, que debido de al rascado crónico se transforman en zonas con un aspecto más liquenificado, localizadas en los pliegues en zonas de flexión de codos y rodillas (parte anterior de brazos y posterior de piernas), aunque también pueden afectarse otras zonas de la superficie corporal.


Dermatitis atópica del adulto:

Se caracteriza por placas agrandadas (liquenificadas) de aspecto eritematoso, marronoso, debido al rascado repetido provocado por el picor continuado. Afecta los pliegues de flexión de codos y rodillas, el cuello, la nuca, la cara, las muñecas, etc. Normalmente afecta personas de edades inferiores a los 40 años.

Los individuos con una DA suelen presentar un grupo de manifestaciones clínicas asociadas: a menudo refieren una historia personal o familiar de atopia (asma, rinitis alérgica, dermatitis atópica), presentan una piel seca, una queratosis pilar (pápulas queratosicas agrupadas en las partes laterales de brazos y piernas), una palidez de la cara, un pliegue desde el cantus interno del ojo hacia la parte infero-externa (pliegue de Dennie-Morgan), etc.

Complicaciones:

Los niños con dermatitis atópica tienen más tendencia a presentar infecciones cutáneas por: bacterias, especialmente por estafilococo aureus, muluscum contagiosum y verrugas. El prurito y el rascado son factores que pueden facilitar puertas de entrada a estas infecciones.

Diagnóstico

El diagnóstico de la DA se basa sobre todo en la clínica cutánea, pero es de utilidad le existencia de una historia familiar o personal de atopia. En casos dudosos se puede realizar una biopsia cutániea la cual mostrará cambios compatibles con eczema. Algunos pacientes presentan un aumento de la inmunoglobulina E (Ig E) en las analíticas de sangre. El estudios de pruebas de alergia no se hace de rutina y estaría indicado en función de la clínica del paciente y la posible relación de su DA con determinados agentes desencadenados.

Tratamiento

El tratamiento de la dermatitis *atópica se basa fundamentalmente en una serie de medidas generales de prevención y en el tratamiento de los tres factores fundamentales del proceso: la piel seca, el prurito y las lesiones d’eczema

Medidas generales: hace falta evitar todos aquellos agentes conocidos que pueden desencadenar o empeorar los brotes de dermatitis atópica: ambientes con mucho polvo, el contacto con la lana , moquetas, los jabones alcalinos y irritantes, las temperaturas extremas.

Hidratación cutánea: Hace falta realizar una hidratación sistemática de la piel de los individuos con dermatitis atópica.
Se hace necesaria la aplicación continuada de cremas hidratantes tanto en periodos sin lesiones como en fase de brotes de eczema. Puede realizar ducha o bien baños emolientes aplicando después una crema hidratante.

Prurito: Un síntoma básico a tratar es el prurito; usamos los antihistamínicos, en general por vía oral, y especialmente los de primera generación debido su efecto sedante que ayuda a disminuir la sensación de picor nocturno.

Eczema:

Tratamiento tópico: Se basa en el uso de los corticosteroides tópicos la potencia de los cuales (baja, mediana, alta) dependerá de la intensidad y de la localización de las lesiones de la DA y también de la edad del paciente. En niños a partir de los 2 años otro posible tratamiento son los inmunomoduladores de uso tópico (tacrólimus, pimecrólimus) el uso de los cuales dependerá también de los factores indicados previamente

Tratamiento sistémico: los corticosteroides orales se reservan para casos más severos o graves y siempre durante periodos cortos de tiempos. Los antibióticos orales con efecto antibacteriano (estafilococo), a veces pueden ser efectivos como tratamiento coadyuvante. En casos excepcionales, que no responden a los tratamientos anteriores, se pueden utilizar otros tratamientos como la fototerapia (UVB, PUVA) o fármacos inmunosupresores o inmunomoduladores sistémicos (ciclosporina, metotrexat, azatioprina, tacrólimus, etc.). Siempre se debe tener en cuenta que todos estos tratamientos tienen que estar prescritos y supervisados por un dermatólogo.

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