Nuevas tecnologías

Actualmente el tratamiento de la diabetes, así como el control de los niveles de glucemia (principalmente en paciente con diabetes tipo 1) está cambiando rápidamente con la aparición de nuevas tecnologías en este campo. Tanto los sensores de glucosa, las bombas de insulina y los sistemas integrados que nos acercan al "páncreas artificial" han revolucionado el manejo de la enfermedad.

Si tiene diabetes tipo 1 y está interesando en las nuevas tecnologías, continue leyendo.

Sensores de glucosa

Los sensores de glucosa permiten ver en tiempo real y de manera continua (con información de todo el día) cómo cambian los niveles de azúcar. Además del valor de glucosa, el sensor también muestra una flecha de tendencia que te indica si los niveles tienden a mantenerse estables, subir o bajar. Esta información por lo tanto permite al paciente actuar para prevenir subidas o bajadas de azúcar.

Estos sensores son especialmente útiles en pacientes que tienen tendencia a sufrir bajadas de azúcar (hipoglucemias), sobre todo, cuando éstas son desapercibidas (sin síntomas) o de predominio nocturno. Esto es porque es posible programar alarmas que te avisen cuando has tenido una subida o bajada de azúcar, y así poder actuar.

Los sensores se insertan en la piel de manera sencilla y suelen durar entre 7-14 días. En la mayoría de ocasiones la información que recibes del sensor se puede ver en el móvil o puedes compartirlo de manera sencilla con tu equipo de endocrinología a través de plataformas web.

En nuestro entorno estos sensores, en algunos casos, están cubiertos por el sistema público de salud.

Bombas de insulina

Los sistemas de infusión subcutánea continua de insulina (ISCI), conocidos como "bomba de insulina" permiten la infusión de insulina por debajo de la piel de manera continua. Esta administración se realiza a través de un catéter que se inserta debajo de la piel, y que se debe cambiar cada 3 días, para evitar la infección y / o saturación del tejido subcutáneo.

El suministro de insulina se realiza mediante 2 sistemas:

  • Pauta basal: La insulina se administra a través del infusor de forma continua y programada a lo largo de las 24 horas del día. Cada hora o bloque de tiempo tiene una cantidad determinada de insulina que se ajusta según las necesidades que tengas en las diferentes horas del día. Se corresponde con la insulina lenta que se te administrarías con el boli 1 o 2 veces al día.
  • Bolus: La insulina que se administra en cada comida, o bien la que se administra para corregir una hiperglucemia. Se corresponde con la insulina rápida que te administrarías antes de las comidas. Para poder calcular con precisión esta dosis de insulina es imprescindible saber contar correctamente raciones de hidratos de carbono.

La gran ventaja de las bombas de insulina es que se pueden programar cantidades diferentes de insulina basal durante el día (esto no lo podemos hacer con los bolis). Además, también se pueden administrar bolus de insulina con cantidades muy pequeñas de insulina (en los bolis de insulina, la mínima cantidad de insulina que se puede administrar es 0,5 unidades). También hay la posibilidad de administrar bolus de insulina de diferentes tipos según lo que vayamos a comer (por ejemplo, con mucha grasa), mientras que con los bolis de insulina el tipo de bolo siempre va a ser el mismo.

Sistemas integrados

En los últimos años, gracias al avance de las nuevas tecnologías, disponemos de sistemas aún más novedosos que pueden ayudarte a controlar mejor tus niveles de azúcar.

Actualmente existen en el mercado sistemas integrados que combinan el funcionamiento de una bomba de insulina con un sensor de glucosa. Estos sistemas integrados, mediante unos algoritmos matemáticos, utilizan tus valores de azúcar obtenidos del sensor de glucosa para decidir cuanta insulina necesitas.

En uno de estos sistemas, se puede suspender la administración de insulina de manera automática antes de que tengas una bajada de azúcar, volviéndose a reiniciar automáticamente una vez suban los niveles de glucosa. Otro sistema similar va administrando y regulando de manera totalmente automática la cantidad de insulina basal durante todo el día para mantener los niveles de glucosa dentro de la normalidad, sin subidas o bajadas.

En todos estos sistemas que funcionan de manera automática, la información que tendrás que darle al sistema es la cantidad de hidratos de carbono que vas a comer para que pueda calcular cuanta insulina necesitas en esa comida. Por tanto, es imprescindible saber contar bien raciones de hidratos de carbono y haber completado un programa avanzado de educación terapéutica con el equipo médico y de enfermería.

Al igual que los sensores y las bombas de insulina, en nuestro entorno estos sistemas, en algunos casos, están cubiertos por el sistema público de salud.

En el futuro es de esperar que sigan comercializándose sistemas aún más nuevos en este sentido, con el objetivo de llegar a obtener un "páncreas artificial". En este caso la insulina se administrará de manera totalmente automática según los valores de glucosa que tengas y la cantidad de hidratos de carbono que comas, con el fin de evitar subidas o bajadas de azúcar, como haría el páncreas de una persona sin diabetes.